Aunque puede ser frustrante para los tutores, el marcaje urinario en gatos es una conducta natural vinculada al estrés, los cambios en el entorno y la necesidad de comunicación. En esta nota, la etóloga Constanza Stuart explica por qué ocurre, cómo diferenciarlo de otros problemas y qué hacer para abordarlo de forma respetuosa, sin castigos ni mitos.

¿Tu gato orinó fuera de su caja y no sabes si fue accidente, protesta o pura maldad? Respira profundo: no es venganza ni rebeldía felina. Aunque puede desesperarnos encontrar ese “regalito” en el sillón, lo cierto es que el marcaje urinario es una forma natural de comunicación en los gatos. Para entender por qué ocurre —y cómo abordarlo con empatía y sin castigos— conversamos con Constanza Stuart, médica veterinaria, etóloga y directora ejecutiva de Cican (@cican_cl en Instagram). 

“El marcaje urinario es una conducta natural en los gatos y puede tener una finalidad sexual y una función de comunicación”, explica Stuart. Además de marcar territorio, los gatos utilizan la orina para dejar su olor característico en el entorno, lo que les entrega seguridad. Por eso, cualquier alteración en ese entorno puede gatillar esta conducta.

La etóloga distingue tres tipos de marcaje urinario: el sexual, el territorial y el asociado al estrés. Este último es especialmente común en gatos que viven en ambientes poco predecibles o que han experimentado cambios recientes.

El entorno importa (y mucho)

Según Stuart, toda situación que implique una modificación en el entorno del gato puede causar estrés y aumentar la conducta de marcaje. “Mudanzas, conflictos entre gatos que conviven en el mismo hogar, cambios en el domicilio (cambio de muebles, remodelaciones, etc.), una bandeja de arena ubicada en una zona ruidosa, introducción de nuevos integrantes (personas o animales)”, enumera.

Estas alteraciones pueden parecer menores para los humanos, pero para un gato representan amenazas a su estabilidad y control territorial.

¿Venganza? No, comunicación

Una creencia muy extendida entre tutores es que los gatos marcan con orina como forma de castigo o venganza: “Lo hizo porque lo dejé solo”, “Está molesto porque no lo dejé dormir en la cama” o “Se desquitó porque llegué tarde”. Sin embargo, esta interpretación humaniza una conducta que tiene raíces biológicas y emocionales muy distintas. La experta es clara al respecto: “El marcaje urinario no se interpreta como una conducta de venganza o enojo. El marcaje es una forma de comunicación y una respuesta a factores como estrés, cambios en su entorno, etc.”

Desde la etología, esta conducta no es un acto deliberado de desobediencia, sino un mecanismo de adaptación y expresión frente a situaciones que alteran el equilibrio emocional o territorial del gato. Atribuirle intenciones humanas al comportamiento felino solo aleja a los tutores de una comprensión real del problema y puede llevar a reacciones contraproducentes, como los castigos, que aumentan el estrés del gato.

Cómo abordar el marcaje sin mitos ni castigos

Entender que el felino no está “haciendo un show” ni “pasando la cuenta” es clave. Por ello, el tratamiento del marcaje debe ser integral y adaptado a cada caso. Stuart recomienda comenzar por un buen diagnóstico clínico y etológico, ya que los problemas de eliminación pueden tener causas muy distintas, incluyendo enfermedades, cistitis idiopática, y por supuesto, el propio marcaje.

Entre las estrategias respetuosas más comunes, Constanza Stuart recomienda la esterilización en gatos no operados, eliminar cualquier tipo de castigo o reprimenda, y enriquecer el entorno con estímulos como rascadores, espacios en altura y juguetes, lo que —según ella— “puede reducir el estrés y la necesidad de marcar”. También sugiere el uso de feromonas sintéticas, una limpieza adecuada de las zonas marcadas y revisar si la bandeja de arena cumple con los requisitos en cuanto a ubicación, cantidad, tipo y mantenimiento. En casos más complejos, el tratamiento puede incluir el abordaje de problemas de ansiedad o conflictos entre gatos, además del uso de nutracéuticos.

Comprender que el marcaje urinario es una forma de expresión felina y no una conducta “maliciosa” es el primer paso para abordar el problema. Con apoyo profesional y cambios adecuados en el entorno, es posible mejorar el bienestar del gato y la convivencia en casa.